NOVENA DEL NIÑO DIOS DE SOTAQUI
¿Que es una Novena?
La novena es un ejercicio piadoso que dura nueve días, dedicado generalmente a la Virgen María y a otros santos y santas patrones, así como a devociones particulares. Muchas de las novenas tiene indulgencias y la única novena que no era de devoción sino litúrgica fue la prescrita por León XIII en el año 1895 dedicada al Espíritu Santo para preparar la Pentecostés. (1)
Oración para todos los días
Gozos al Niño Dios (extracto)
Repitamos con ternura este canto celestial:
"Gloria a dios en las alturas y a los hombres dicha y paz"
I
Dormía Belén tranquila noche fría y tenebrosa,
cuando luz esplendorosa los espacios ilumina,
anunciando que El Eterno se ha hecho Niño mortal,
Gloría a Dios en las alturas y a los hombre dicha y paz.
II
Y los ángeles en coro bajan al punto a la tierra
y en el valle y en la sierra modulan sus harpas de oro:
"Os ha nacido un tesoro; OH mortales despertad"
Gloría a Dios etc...
III
Se deseáis vuestro bien,
inocentes pastorcillos, id alegres y sencillos
a la gruta de Belén:
encontraréis un infante envuelto en pobre pañal,
Gloria a Dios etc...
INVOCACIÓN
¡ Oh Dulcísimo y Divino Niño Jesús yo os saludo y alabo, os amo y bendigo. En vuestro nombre, oh dulcísimo Jesús, quiero comenzar, continuar y terminar todos mis actos. (1)
III
Contémplala, vestida con su fúnebre manto.
Encogida y silente, ocultando su llanto
Posa triste la tierra,
No es ya fértil y sufre al pensar que mañana
Sin la lluvia ni un grano brotará en sus entrañas
Que tus hijos perecen de miseria, Señor,
Vuelve a ellos tus ojos inundados de amor.
IV.
Y ahora sigue, Dios mío, y ahora sigue tu marcha
Nuestro pecho oprimido ya respira con calma
Pues a ti te hemos dicho
A ti, Niño bendito, que eres Rey y eres Padre;
Dulce, tierno, amoroso como un sol de la tarde
Y en espera quedamos de tu excelso poder;
Oye el ruego que un pueblo deposita a tus pies. (2)
Plegaría al Niño Dios declamada en la Procesión del 5 de julio de 1925
I
Ya resuenan tambores, ya se oyen murmullos.
De un concierto Divino, como un célico arrullo.
Es la voz de tu pueblo.
Es la voz que se une para alzarla al Señor.
Y pedirte con ansias que oiga un triste clamor.
Que se detenga un instante, permítelo, si.
Y oye atento los ruegos de tu pueblo infeliz.
II
Ya marchando otro año, los escollos son tantos.
Que te pido, Dios mío, anegada en el llanto.
Que ilumines la senda;
Que suavices las rocas de este áspero vino
Con las perlas que brotan de tus ojos divinos
Que a raudal ellas caigan cual torrente de amor
Y fecunden los campos y se adornen de flor
La procesión del 5 de julio de 1925, fue solicita por la gente del pueblo al cura párroco don Juan M. Alcaide, para rogar a Dios para que enviara la lluvia que tanto necesitaban los campos de la zona, debido a varios años de sequía, la que atrajo escasez de agua, alimentos y muchas enfermedades.
Junto a la imagen del Niño Dios y la Virgen del Carmen, a la procesión se le dio mayor solemnidad con la banda de músicos de la Municipalidad de Ovalle.
Los hermosos versos fueron compuestos por la señorita Adriana Cortés, normalista (profesora), hija de este pueblo y declamados por la señorita Amanda Peña en la esquina de la plaza, según el libro de crónicas parroquiales.
Según cuenta algunas personas de edad, la procesión y las plegarias fueron tan efectivas que a los pocos días de haber realizado la procesión cayo una abundante lluvia en estos campos. Un designio más del Niño Dios de Sotaquí. (2)
En este apartado he querido incluir un extracto de unos versos que el dramaturgo ovallino Ramón Rubina Gajardo dedica al Niño Dios de Sotaquí, en su obra "Viaje al país de las raíces".
Niño santo, niño dueño
de la verdad y la
mañana espera la cruz
al despertar de tu sueño.
Veo al mirar tu destino,
cual tristisimo vidente,
en los signos de tu frente
una corona de espino.
Miro tu ser enllagao
aplastando a la serpiente;
sube tu amos evidente
hasta el cielo englanao.
Veo también que en tu nombre,
por tu dolor concedío,
la llave le dan al hombre
del paraiso perdío.
Yo, pecador, me confieso,
soy brújula sin cordura,
me muestro sin vestidura
como ángel de barro y huesos.
¡Arráncame de mi sombra,
caracola e eternidá,
busca el sol de la verdá
el alma cuando te nombra.
Te pido por tres amores,
faros de mi soledá,
estrellas que tu bondá
puso al mar de mis dolores.
Y hermanos, padres, parientes,
te pido también por ello;
tenemos el mismo sello,
aguas de la misma fuente.
Protégeme a estos casao,
a la Zoila y José
porque van a ser despué
semilla de mi pasao.
Me despido niño santo,
que yo ya me voy de aquí;
adiós te dice mi canto
¡Viva el Niño Dios de Sotaquí! (3)
Bibliografía:
1.- Presbítero, Félix Alejandro Cepeda, "Novena del Niño Dios de Sotaquí".
2.- Alex Ortiz Núñez, Investigaciones y Archivo Personal.
3.- Ramón Rubina, 1999, "Viaje al país de las raices", primera edición, Mosquito Comunicaciones Ltda.
4.- Fernando Ortiz Muñizaga, Fotografías.